Estimados Embajadores,
Ante el debate abierto anual de este año sobre mujeres, paz y seguridad (MPS), y un año antes del vigésimo quinto aniversario de la Resolución 1325 (2000), nos dirigimos a ustedes como organizaciones de la sociedad civil dedicadas a la paz, los derechos de las mujeres y la igualdad de género para instarlos a redoblar sus esfuerzos para cumplir con los ideales más altos de la agenda MPS.
Hoy nos enfrentamos a niveles récord de conflicto armado, militarización y gasto militar, que socavan la igualdad de género, amenazan con revertir décadas de progreso en materia de derechos de las mujeres y ponen en peligro los esfuerzos mundiales por la paz. Las mujeres y los grupos marginados son los más afectados por los conflictos y las crisis, incluida la violencia sexual relacionada con los conflictos, la pobreza, el desplazamiento forzado y el hambre. El aumento de la militarización ha estado acompañado de ataques multidimensionales a las normas universales, especialmente a los derechos humanos y al derecho internacional humanitario; a las defensoras de los derechos humanos y al espacio de la sociedad civil; y a la democracia misma. Además, una escalada de la reacción global contra la justicia de género y los derechos humanos y la autonomía corporal de las mujeres y de las personas LGBTQIA+ agravada por su exclusión sistemática de la toma de decisiones internacionales y la consolidación de la paz, significa que las personas más afectadas por los conflictos armados son también aquellas cuyas voces son más marginadas.
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