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La “revolución del cuidado” en América Latina implica reconocer, proteger y financiar el trabajo esencial para impulsar la igualdad y el desarrollo

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El trabajo de cuidados, a menudo invisible e infravalorado, está en el centro de una revolución silenciosa que se gesta en América Latina, exigiendo a gobiernos y empleadores que reconozcan, protejan y financien esta labor esencial para familias y comunidades. Así lo destaca ONU Mujeres, argumentando que invertir en el cuidado es fundamental para avanzar en la igualdad de género y el desarrollo sostenible.

En la actualidad, se estima que el mundo no remunera 12.500 millones de horas de trabajo de cuidados, principalmente realizado por mujeres que renuncian a empleos formales para atender a niños, enfermos y ancianos. Sin embargo, la pandemia de COVID-19 visibilizó la importancia de este trabajo, impulsando a varios países de la región a rediseñar sus economías de cuidados con mayores protecciones e ingresos para quienes lo realizan.

“El cuidado es esencial para cada familia y cada comunidad. La revolución consiste en visibilizarlo, valorizarlo e invertir en él”, afirmó María Noel Vaeza, directora regional de ONU Mujeres para América Latina y el Caribe.

Avances y desafíos

Si bien la igualdad de género es el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) más rezagado a nivel mundial, América Latina está liderando el camino con iniciativas innovadoras. Chile, por ejemplo, implementa uno de los sistemas de cuidados más ambiciosos de la región, mientras que México y Perú han codificado el cuidado como un derecho humano.

Estos avances implican no solo apoyo gubernamental y cambios en las clasificaciones legales, sino también la protección del derecho de las mujeres a realizar tareas de cuidado, garantizando políticas laborales que apoyen a las madres trabajadoras.

Impacto económico y social

La inversión en el trabajo de cuidados no solo beneficia a quienes lo realizan, sino que también impulsa el crecimiento económico. En Chile y Colombia, los nuevos sistemas de cuidados contribuyen significativamente a sus PIB nacionales. Además, el empoderamiento económico de las mujeres a través del trabajo de cuidados les permite tomar decisiones y escapar de situaciones de violencia y explotación.

Exportando la revolución de los cuidados

El progreso de América Latina sirve como modelo para otras regiones del mundo, demostrando la importancia de cambiar los marcos legales para las mujeres y las niñas. ONU Mujeres destaca que la exportación de esta “revolución del cuidado” es una inversión estratégica para la justicia social, la igualdad de género y el desarrollo sostenible.