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Hermanlyg Rios López

Hermanlyg Rios López

Abogada con 30 años de ejercicio profesional. Especialista en Derecho Mercantil, Derecho Tributario y cursando postgrado en Derechos Humanos en la UCV. Defensora de derechos humanos con especial interés en la promoción de los derechos de las mujeres.

La Música contra el Silencio de la Violencia

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«Levanto la voz, no para gritar, sino para que las que no tienen voz puedan ser escuchadas» – Malala Yousafzai, Premio Nobel de la Paz 2014

La violencia hacia las mujeres continúa siendo un problema global que está profundamente enraizado en las dinámicas patriarcales y en las desigualdades existentes entre hombres y mujeres.

A lo largo de los siglos, la normalización de la subordinación y dependencia de las mujeres respecto a los hombres ha obstaculizado, tanto la visibilidad como la comprensión de la magnitud de esta problemática.

Por ello, los estereotipos de género, los mitos sobre el amor romántico y la falta de medidas eficaces para proteger a las víctimas contribuyen a perpetuar esta realidad en todo el mundo (Asociación MiM, 2023).

Cabe señalar que, la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de las Naciones Unidas (1993) amplía la definición de violencia, más allá del ámbito de la pareja. (OHCHR, 1993). Porque este documento incluye la violencia familiar, el acoso laboral, la trata de mujeres, la mutilación genital femenina y cualquier otra forma de violencia que sea tolerada o perpetuada por el Estado. 

Las estadísticas globales reflejan la alarmante prevalencia de la violencia contra las mujeres. La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que aproximadamente una de cada tres mujeres ha sido víctima de violencia física o sexual por parte de su pareja o de terceros en algún momento de su vida (OMS, s.f.). 

Asimismo, un informe reciente de ONU Mujeres y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), publicado con motivo del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, indica que cada día 140 mujeres y niñas son asesinadas por sus parejas o familiares, lo que equivale a un feminicidio cada 10 minutos. 

Por esta razón, el periódico español El País resalta que esta cifra ilustra la persistente vulnerabilidad de las mujeres dentro del entorno familiar, a pesar de los esfuerzos internacionales por combatir esta problemática (ONU Mujeres, 2024; El País, 2024).

Además, en relación con los feminicidios, los datos del año 2023 muestran que 85.000 mujeres fueron asesinadas, de las cuales alrededor de 51.000 fueron víctimas de sus parejas o familiares. De hecho, esta cifra representa un incremento en comparación a los 48.800 casos registrados en 2022, según el informe Femicidios en 2023 de ONU Mujeres. 

Cabe destacar, que El País enfatiza cómo estos datos reflejan no solo un aumento en las cifras, sino también la necesidad urgente de reforzar las políticas de protección para las mujeres en todo el mundo (El País, 2024).

En este contexto, el Observatorio Digital de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) documentó entre enero y abril de 2024, un promedio de un acto femicida cada 33 horas en Venezuela. (Cepaz, 2024). 

En tal sentido, la música ha desempeñado una función ambivalente. Por un lado, ciertas canciones han perpetuado estereotipos que cosifican y subordinan a las mujeres.

Sin embargo, por otro lado, muchos artistas han aprovechado su plataforma para denunciar la violencia de género y hacer visibles sus diversas manifestaciones. (Asociación MiM, 2023).

Ciertamente, algunas canciones se han convertido en verdaderos himnos contra la violencia, utilizando su alcance para generar conciencia sobre la importancia de combatir este flagelo. 

Asimismo, las letras y mensajes de las canciones poseen un poder transformador en la cultura popular y los y las artistas que se comprometen con esta causa demuestran cómo la música puede ser una herramienta para el cambio social y la justicia. (Los40, 2022).

Sin duda, la música se erige como una voz que no sólo denuncia, sino que también inspira acciones para erradicar esta problemática.

Porque al igual que otras expresiones culturales tiene el potencial de influir en las percepciones sociales y promover cambios significativos.

Por esta razón, con el objetivo de visibilizar la violencia contra las mujeres como un problema de discriminación y vulneración de los derechos humanos, es fundamental la creación de canciones que surjan de las experiencias vividas por las mujeres.

Finalmente, al transformar canciones en instrumentos de visibilización y prevención se avanza hacia una sociedad más consciente, comprometida y libre de violencia contra las mujeres.

Referencias