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Ofelia Alvarez

Ofelia Alvarez

Fundamuejr se funda en 1992 a raíz de la coordinación de un acuerdo interinstitucional UCV.Concejo de Caracas para su Casa de la MUjer. Desde ese momento hacemos asistencia, capacitación e investigación sore el tema. Actualmente además coordinamos el Módulo: Violencias contra las Mujeres del Observatrorio Venezolano de los DDHH de las Mujeres; con este útlimo hemos sido co-redactoras del Informe Sobra a CEDAW en NU. Aparte también co-redactamos la Convención Belém do Pará de la OEA.

La Violencia contra las Mujeres por Razón de Género en Venezuela en tiempos de Covid-19 y Emergencia Humanitaria Compleja: Una visión 2021

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Por: Ofelia Álvarez Cardier

Fundamujer estuvo presente en la Conferencia de la República Bolivariana de Venezuela y la República Sudafricana, donde se conversó la violencia contra las mujeres por razones de género, entre organizaciones dedicadas al empoderamiento de la mujer y de derechos humanos por la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres, el pasado 29 de noviembre, durante el mes de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.

Durante la actividad, estuvieron presente Refiloe Seseane, fundadora de la organización surafricana 18TWENTY8, Joseph Nkosi, embajador de la República de Sudáfrica, Ofelia Álvarez Cardier, fundadora de la Fundación para la Prevención de la Violencia contra las Mujeres – Fundamujer y Susana Reina, directora de Feminismo INC.

Ofelia Álvarez Cardier expresó que es un día, un mes, especial y no sólo porque sea determinado por las Naciones Unidas, sino porque su origen es latinoamericano. Las Hermanas Mirabal, las Mariposas en la clandestinidad, se opusieron a una dictadura de las más sangrientas que se conocen, la dominicana. Además, las hermanas sufrieron acoso sexual del dictador Trujillo.

Por último, las hermanas fueron asesinadas en 1960 a palos y puñaladas en un cañaveral, vía visita a sus esposos presos, engañadas. Aunque eso fue el detonante ya reconocido en la historia para la caída del régimen, no fueron reivindicadas, sino en el Congreso Feminista de 1981 en Colombia.

La fecha será siempre un día de denuncia de las violencias que sufren las mujeres del mundo, y no solo por parte de sus parejas, sino la violencia política que actualmente sufren decenas de mujeres inocentes en la Venezuela de hoy, sin orden de detención, sin clara acusación, sin juicio, en la calle, en el trabajo, agravándose en sociedades en conflicto, como asunto social que es. Pero siempre para controlar, para subyugar, para ejercer poder, considerándonos posibles propiedades.

La siguiente exposición, como todo lo que hagamos por la eliminación de la violencia contra las mujeres se lo dedicamos a ellas, a las Hermanas Mirabal.

Fundamujer es un equipo de mujeres profesionales, sensibles y voluntarias en la atención, prevención e investigación de la violencia contra las mujeres por razón de género. Abogadas, periodistas, educadoras, psicólogas sociales y alumnas colaboradoras de varias carreras.

La organización tiene 29 años de acciones por la erradicación de la violencia contra las mujeres por razones de género. El primer caso que llegó fue el de una mujer afrodescendiente con una herida en la cabeza que aún sangraba, quien subió las escaleras de la Jefatura de Catia (el barrio más grande de Caracas) porque la policía no le tomaba la denuncia, ya que debía ser una agresión severa, y los funcionarias indicaron que la víctima necesitaba tener 8 centímetros de apertura en el cráneo para registrarla y solo tenía 7.

Fundamujer la apoyó y se sentaron con ella a realizar sus funciones y buscar alternativas. En los siguientes días, construyeron un instrumento para la recolección de datos y así, aproximarse a una primera caracterización de los hechos, con la que no se contaba en el país. Desde ese momento, hace 29 años, no han parado un segundo. Se han realizado múltiples diseños de programas de capacitación, investigaciones publicadas y alertas en los medios de comunicación.

Por otra parte, Ofelia indicó que son muchas las formas en las que se presenta este tipo de violencia del Estado-Gubernamental que lo arropa todo. Muertes y otras situaciones producidas por la crisis de todo tipo que vive nuestra sociedad, siendo la responsabilidad del Estado, el cual no hace nada o muy poco por impedir esa escalada de carencias que viven las mujeres.

El fenómeno delincuencial abarca los asesinatos y homicidios cada vez más frecuentes hacia las mujeres, producto de la problemática social, perpetrados por desconocidos. Dolorosamente dirigidos a mujeres de diversas edades, en especial adolescentes, seducidas por una vida mejor. En todos los casos analizados hay mujeres asesinadas, robadas o secuestradas, desde niñas a ancianas inclusive por funcionarios directa o indirectamente con amenazas, de tipo sexual.

Como consecuencia de la situación descrita, se observa cómo las madres, parejas y demás familiares que son mujeres, de detenidos, asesinados, desaparecidos se organizan para solicitar justicia. Son las viudas, a veces y en su mayoría, embarazadas y/o madres adolescentes, madres, abuelas, compañeras que se unen en una red de solidaridad, puesto que el Estado-Gobierno no asume la responsabilidad que le corresponde, dejando a las víctimas en dolor y abandono y engrosando las filas de la miseria en su diaria lucha por sobrevivir.

Desde el 2011, varias ONG han venido recabando datos cuantitativos, ya que no existen datos oficiales. A esa iniciativa, el Centro de Justicia y Paz (Cepaz) se suma, con la creación del Observatorio Digital de Femicidios, cuyo fin es que los datos recabados diariamente mediante los medios de comunicación digital, sean categorizados y analizados.

Álvarez destacó los siguientes hechos: Desde el 1 de enero hasta el 30 de octubre de 2021, en Venezuela han ocurrido 227 femicidios consumados y 41 en grado de frustración; lo que implica que en nuestro país, en promedio, ocurre una acción femicida cada 36 horas, según la ONG recolectora.

Desde Cepaz, se destaca que los femicidios arrastran fenómenos asociados, es decir, situaciones sobre las que hay que exigir una intervención del Estado. Por ejemplo, la situación de los huérfanos con ocasión al femicidio de sus madres; la política de control de armas sin perspectiva de género; el Estado policial y las armas de reglamento en los hogares de funcionarios violentos, entre otros.

La prevención es la única manera de detener la violencia femicida. Requiere un compromiso político, aplicar leyes e invertir en organizaciones de mujeres. Con respecto a la salud, se trata de ausencia creciente de medicinas, anticonceptivos, insumos para análisis y exámenes específicos (mamarios y pélvicos).

Consecuencias perniciosas de enfermedades que estaban erradicadas y el deterioro progresivo de salud mental en la población, agravado en las mujeres por causa del cuido familiar, la doble y triple jornada y la búsqueda de alimentos y medicamentos a través de múltiples locales.

Además, se incluye la casi inexistencia de atención hospitalaria, denunciada casi semanalmente por los mismos médicos y médicas de los Hospitales nacionales, del Estado, y por supuesto de Maternidades. Aparte, la tasa de embarazos adolescentes que aumentan inclusive con apoyo de programas de beneficencia gubernamental y aparecen en videos apoyados por el gobierno, lo cual genera complicaciones, especialmente en las condiciones antes descritas como: cesáreas, ausencia de cuidados previos e intensivos y muerte de la madre.

La violencia alimentaria-nutricional y de medicamentos, se encuentra en la ausencia progresiva de insumos alimenticios, productos farmacéuticos y de la probabilidad económica para la adquisición. En consecuencia, existe depresión nutricional, imposibilidad de mejoras ante alguna dolencia y la afectación del crecimiento para niñas, niños y en las siguientes generaciones, por carencia o ausencia de nutrientes básicos.

Las mujeres venezolanas están en emergencia y en peligro inminente. Sus derechos humanos son desconocidos, irreverenciados e ignorados. La mitad de la población está desasistida, con cargas aumentadas y crecientes. Capítulo aparte tiene que ocupar la inexistencia consciente y provocada en contra de la comunidad LGTB. Una comunidad discriminada en los programas sociales de todo tipo, en las leyes, en la prensa, en su derecho a ser.

Incluso, no existen avances en un aspecto tan aceptado ya internacionalmente como lo es el matrimonio igualitario y últimamente, surge la discusión del aborto como cada 5 años aproximadamente. En 2021 se retomó con mucha más fuerza y preparación. Se realizó una marcha por la despenalización del aborto en el país que fue exitosa y se logró la configuración de una Comisión Interna de la Asamblea Nacional para ir considerando el tema.

Otro aspecto desconocido por falta de datos o subregistro de los mismos es la violencia en centros penitenciarios. Por ejemplo, en el Instituto Nacional de Orientación Femenina (Inof), único centro penitenciario dedicado a mujeres en el país, las ONG han reportado: torturas, tratos crueles, sexuales, verbales, físicos y psicológicos.

Sin acceso a centros de salud, anticonceptivos; en donde proliferan retardo policial y condiciones de salubridad negativas. El acceso a la justicia no se aplica, encontrándose una aguda violencia institucional en denuncia y seguimiento o servicios psicológicos. No hay datos oficiales y estas mujeres viven en estado de indefensión.

Los derechos humanos de las mujeres, y entre ellos, el más relevante, el derecho a la vida, vienen siendo apartados de las decisiones sociales, políticas y humanitarias por el Estado-Gobierno desde hace ya muchos años. El deterioro es grave y las ONG venezolanas deben prepararse para un esperado período de transición. La lucha, expresada en políticas concretas, es también una vía.

2021 nos ha deparado:

– Hombres maltratadores con poderes policiales y judiciales, que al ser denunciados contraatacan con acusaciones formales y legales en Juzgados de Terrorismo y otros que se agregan a las angustias y estados emocionales varios de nuestras mujeres. ¿Se podrá investigar que no son culpables? No lo sabemos.

– Aumento significativo de acoso mediático, variado y creativo, por las redes. Nuestra respuesta ha sido sugerir bloquearlos, informar a familiares y allegados que ya están siendo utilizados para pedir perdón y esas cosas que ellos hacen. A veces es difícil porque las mujeres no han sido informadas de los Consejos de Protección NNA y aducen, para volverlos a ver y entregarles los hijos, que es “el padre de mis hijos”.

– Violencia vicaria en aumento. Conocemos tres casos de hombres que secuestraron a los hijos, felizmente sin más daños que relatar, y que fueron ubicados por la policía. Mayormente en casa de familiares de él. Los hombres no saben qué hacer con los hijos.

¿Cuáles pueden ser algunos tipos de Violencia Vicaria? De la experiencia profesional en psicología social, anotamos los siguientes: Dañar directamente a hijas/os, familiares o mascotas. Manipular a hijas/os para que odien o violenten a su madre. Impedir las hijas/os que vean a su madre. Publicar anuncios eróticos a nombre de la ex pareja. Quemar o romper las cosas de la ex pareja. Amenazar con dañar a otras personas o a mascotas. Amenazar con quitarle las hijas/os a la ex pareja.

Desfigurar el rostro de la ex pareja con ácidos, cuchilladas y otras formas. Atentar contra la vida de hijas/os, seres queridos o mascotas. Se mantiene principalmente por la desinformación, deficiencia de canales de asesoría y ayuda y sobre todo, por el terrible y comprensible miedo paralizante y protector hacia las hijas/os y personas de la familia o allegadas muy queridas por la mujer, ya amenazadas.

– El 43% de las mujeres, 170 atendidas hasta el momento relatan haber sido amenazadas, aunque siendo una de las tipologías que pudieran ser muy útiles en la prevención del feminicidio, no se aplica, no quedan huellas. Los órganos policiales piden heridas, sangre, moretones y exámenes psicológicos que se extienden en el tiempo. Todo termina en nada.

– Aún se necesitan líneas de ayuda 24X7 con escuchas entrenadas, ampliación de las Defensorías ligadas a la PNB por el 911, creación de UAV en todos los espacios posibles, acompañamiento psicosocial efectivo para orientar en los primeros momentos de crisis y de miedo. Hay gran necesidad de atención rápida y expedita por telefonía celular de
apoyo, campañas preventivo-informativas que salven vidas, Líneas 800, Whatsapp y 911.

– Los retos en el aspecto legal, emergente y urgente: Cinco Tratado internacionales e Interamericanos, Leyes vigentes y una Norma a aplicar para la Eliminación de la Violencia Contra las Mujeres por Razón de Género en Venezuela.

– De la CEDAW. Rec. Gral 35. En el 2017, se aprobó la recomendación que une 9 complementarias anteriores. Llama la atención la inclusión de las ONG y la sociedad civil transversalizada con derechos y deberes, en todo el documento. La relevancia que ONU ha aprendido a dar a las mismas a sabiendas del importante rol, a pesar que en el país, las ONG  son cercenadas en sus movimientos y posibilidades de financiamiento.

– De la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, promulgada en 2007. Ya se ha convertido en hábito que se envía a las mujeres maltratadas que se atreven a denunciar en policías, retroceder a la caución o pacto de no agresión entre las partes, que ni siquiera aparece en la ley respectiva.

– Finalmente, el gran ausente, el Reglamento de la LODMVLV. Su ausencia es debido a la inexistencia oficial que tiene la obligación de diseñarse y ponerlo en funcionamiento, y no por decreto, sino con capacitación certera. De esta forma, los estereotipos de corte socio-cultural no impedirian el mero registro de la denuncias como sucede al momento.

Los retos para Fundamujer

  • Continuar haciendo alianzas.
  • Mejorar el uso de las redes sociales.
  • Continuar las investigaciones dándole voz a las mujeres que nos piden asesoría y acompañamiento. Los temas han sido: el miedo, la emergencia, la denuncia previa y la violencia vicaria publicadas hasta el momento.
  • Abrir un canal de algún tipo que permita a los hombres maltratadores que desean cambiar expresar sus dudas, malestares y avances.
  • Seguir colaborando con las decenas de ONG, compartir logros y buenas prácticas para seguir aprendiendo.

 

¿Algo positivo?

  • El inmenso acopio de información entre organizaciones que llevan a Directorios, a listados de recursos humanos especializados, a solidaridad por y entre las mujeres en sí, en todo el país y que se siguen creando instrumentos a recabar para ayudar en emergencias.
  • Haber conseguido por vez primera una audiencia ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en el periodo 188, para oír la necesidad de las mujeres venezolanas.
  • Luego, se creó una Comisión al respecto y el Embajador en la Organización de Estados Americanos (OEA), en representación del Presidente Juan Guaidó, que es la persona reconocida en el espacio, solicitó una reunión con la misma para plantear las necesidades en la situación de Emergencia Humanitaria Compleja.
  • Actualmente, se entregaron informes para el Examen Periódico Universal (EPU) y se tuvo la primera ronda con los embajadores.

Por último, seguiremos luchando, aunque algunas feministas muy respetables y admiradas cuestionen el agregado de lucha, porque dicen que eso nos mantiene fuera de los entendimientos posibles. Entonces será creando alianzas, trabajando, investigando para profundizar, capacitando para proyectar, en acción permanente.