Por: Hermanlyg Rios López
Han pasado 29 años desde el genocidio de Ruanda, un hecho cruel y atroz del Siglo XX, que causó impacto en el mundo y que requiere de una constante revisión, investigación y análisis por la utilización sistemática y masiva de la violencia sexual, además del uso de la misma para el exterminio étnico.
Al relacionar la violencia sexual con los conflictos armados se hace referencia de manera obligatoria a la violación, al embarazo, a la prostitución y al matrimonio forzado, es decir, a todas las formas de violencia sexual contra las mujeres. No obstante, es necesario señalar que a partir de la década de los noventa la violencia sexual en el contexto de los conflictos armados ha adquirido gran relevancia jurídica especialmente en el Derecho Internacional Humanitario.
En el genocidio de Ruanda se visibiliza el uso del cuerpo de la mujer como arma de guerra, y muestra que en el marco de los conflictos se agudiza la discriminación y la exclusión de las mujeres como consecuencia de las desigualdades entre hombre y mujeres, aunado al patriarcado.
La creación del Tribunal Penal Internacional de Ruanda (TPIR), significó un gran avance en la búsqueda de la justicia y una importante contribución para la reconciliación nacional del pueblo ruandés. El TPIR dictó fallos históricos como la primera sentencia de culpabilidad que emite una Corte Internacional desde la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 1945 por el crimen de genocidio que establecía al delito de violación como genocidio, así como la condena por genocidio e incitación publica al odio a los responsables de medios informativos en Ruanda.
En sus esfuerzos por lograr la paz, la ONU le pide perdón al pueblo de Ruanda por su silencio frente al genocidio y reconoce por primera vez que la violencia sexual es una táctica de guerra, una amenaza para la paz y la estabilidad internacional, además alerta a la comunidad internacional que debe prevenir y castigar el genocidio y los crímenes contra la humanidad con determinación.
A su vez, para poner fin a la violencia sexual relacionada con conflictos armados proclamó el 19 de junio como el «Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos», una forma de concientizar y sensibilizar sobre lo primordial de erradicar este crimen atroz y para que el cuerpo de las niñas y las mujeres no sean usados como armas de guerra.
Definitivamente es fundamental que los gobiernos promuevan políticas públicas para la prevención de estos crímenes y así mismo garantizar los derechos de las víctimas a la verdad, la justicia, la reparación y la no repetición.
Un cuarto de siglo después de aquella atroz barbarie las comunidades se unen para reconstruir el tejido productivo, social, político y cultural de Ruanda. En el proceso de reconciliación se han centrado en la reconstrucción de su identidad, en la lucha por la igualdad de género y en el respeto de los derechos humanos de las mujeres y las niñas.
El tema de la violencia sexual en el marco de los conflictos armados ha ocupado un lugar relevante en la agenda mundial sobre mujeres, paz, justicia y seguridad.
Desde hace algunos años, las mujeres ruandesas experimentan que sus derechos han alcanzado mayor importancia y que las leyes se reforman para fomentar la protección de su derecho a vivir una vida libre de violencia y a la integridad personal, aunque están conscientes que para lograr la igualdad efectiva entre hombres y mujeres es todavía un desafío que tienen que afrontar.
Las mujeres demuestran que la convivencia y la reconciliación son posibles en Ruanda. Sin embargo, también muestran que hay que tener presente las atrocidades cometidas para evitar que estas vuelvan a repetirse y que perdonar es muy necesario porque solo las personas que perdonan dejan de ser víctimas.
Aun cuando Ruanda dejó en el pasado la terrible barbarie del genocidio, aprende a lidiar con el duelo, con la imperiosa obtención de la justicia, con la importancia de reconocer a las víctimas y de que esos actos crueles no se vuelvan a repetir, con la necesidad de trabajar el perdón y promoviendo la reconciliación como una forma de vida, porque entiende que una sociedad en paz es aquella en la que todas las personas tienen derecho a difrutar plenamente de una vida mejor.
Referencias bibliográficas:
- Naciones Unidas. Día Internacional para la Eliminación de la Violencia Sexual en los Conflictos 19 de junio. Recuperado de https://www.un.org/es/observances/end-sexual-violence-in-conflict-day#:~:text=La%20%22violencia%20sexual%20relacionada%20con,o%20indirecta%20con%20un%20conflicto
- NAMPIIJA, J. (2022). Día Internacional de Reflexión sobre el Genocidio de 1994 contra los tutsis en Ruanda. Recuperado de https://www.gicj.org/positions-opinons/publications-spanish/2658-d%C3%ADa-internacional-de-reflexi%C3%B3n-sobre-el-genocidio-de-1994-contra-los-tutsis-en-ruand
- VILLELAS, M., VILLELAS, A. et al. (2018). Violencia sexual en conflictos armados. Fuhem. Recuperado de https://www.fuhem.es/2018/05/24/violencia-sexual-en-conflictos-armados/