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CEPAZ Centro de Justicia y Paz

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Somos una organización sin fines de lucro que trabaja desde el año 2012 en la promoción y defensa de valores democráticos, los derechos humanos y la cultura de paz en Venezuela.

Las mujeres indígenas amazónicas alzaron la voz el 8 de marzo

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ORGANIZACIÓN DE MUJERES INDÍGENAS AMAZÓNICAS WANAALERU

Vocera: Alicia Moncada

Intervención en el marco del Día Internacional de la Mujer Trabajadora

8 de marzo de 2018 

En este día internacional de la mujer, en el que celebramos la lucha de la diversidad de corrientes del movimiento feminista por nuestros derechos  y la igualdad efectiva, las mujeres indígenas de Venezuela no tienen absolutamente nada que celebrar.  A pesar de que Venezuela ratificara la declaración de los derechos de los pueblos indígenas y contemos con derechos constitucionales que supuestamente garantizan la supervivencia de las culturas originarias, no hay absolutamente nada que celebrar cuando la devastación del bosque amazónico está avalada por el estado venezolano y su megaproyecto extractivista del arco minero del Orinoco, así como la minería del carbón regentada por el capitalismo chino que contamina el río Socuy que  además amenaza con dejar a Maracaibo sin agua.

Desde la resistencia indígena que hoy más que nunca se concentra en las organizaciones de mujeres, denunciamos el incremento de la mortalidad materna e infantil que si para el 2007 la mortalidad infantil pumé oscilaba entre el 30% y el 50% de los niños nacidos vivos, la mayoría antes de llegar a los cuatro años, la emergencia humanitaria que atraviesa Venezuela agrava exponencialmente esta dolorosa realidad.

La población indígena,  especialmente los niños, tienen mayor probabilidad de morir por enfermedades prevenibles, muertes que podrían ser evitadas si son atendidas a tiempo. Sin  embargo, la dirección nacional de salud indígena de Ministerio de Salud, así como sus programas, fue desmantelada y paralizada dando cuenta que los pueblos indígenas son para el gobierno venezolano personas prescindibles.

Una niña piaroa nacida en el Alto Cuao, tiene una esperanza de vida al nacer 40 años menor que una nacida en Caracas, siendo este un dato del año 2007. Imaginen la suerte de la misma niña en en medio de un país que naufraga en los charcos de agua mercuriada producto de la minería ilegal avalada por el estado venezolano y canalizada por los consejos de “pequeños mineros”  que motorizan la depredación del arco minero.  Minas que difunden malaria hacia todas las comunidades indígenas y otras partes de Venezuela, siendo nuestro país el mayor exportador de casos de malaria del continente.

De igual manera, diversas formas de esclavitud sexual, trata de mujeres, adolescentes y niñas, se generan en los espacios extractivistas -especialmente los auríferos- en donde son las indígenas las que tienen todas las condiciones para ser más vulnerables frente a la acción de los actores armados no estatales que controlan estos espacios.

Es tiempo de que el gobierno deje de usar al indígena del pasado y se ocupe de los indígenas vivos, de seguir desconociendo la terrible realidad que atraviesan los pueblos indígenas, así como sigue promoviendo la minería ilegal en territorios tradicionales indígenas y paralizando la demarcación de sus territorios los conduce a un etnocidio.  Berta Caceres vive en cada una de las organizaciones de mujeres indígenas que se ha atrevido a defender el bosque amazónico venezolano y no cree en políticas públicas que no trascienden el papel. Desafiaremos al capitalismo patriarcal depredador de naturaleza con cualquiera de sus disfraces ideológicos.

Por estas y muchas más razones las mujeres indígenas dicen: ¡Basta de usar a los pueblos indígenas para rellenar actos partidistas y construir políticas públicas ficticias! ¡Basta de promover una indiocracia que no representa las verdaderas necesidades de sus pueblos y que olvidaron hace mucho tiempo sus obligaciones comunitarias! :

  1. Queremos la inclusión en la ley orgánica sobre los derechos de las mujeres a una vida libre de violencia de las formas de violencias territoriales y racistas contra las mujeres.
  2. Exigimos la paralización de las negociaciones del Arco Minero y la promoción estatal de la pequeña minería hasta que no se realicen los correspondientes estudios de impacto socioambiental por parte de instituciones no afiliadas a los intereses estatales y militares.
  3. Exhortamos al gobierno a reactivar el proceso de demarcación territorial de los pueblos indígenas otorgando títulos colectivos y no parcelarios.
  4. Instamos a quienes defienden el etnocidio que viven los pueblos indígenas en esta emergencia humanitaria a aceptar la cooperación internacional, que valga acotar el Estado puede decir de quién y cómo recibirla, enfocando como primer grupo de atención urgente a los pueblos indígenas.

Este es el momento de las mujeres, en toda su diversidad. Es la hora de  levantarse  y mantener viva la lucha por los derechos de las mujeres, con todo y las diferencias en cuanto a acción política concreta hablamos un lenguaje común: los feminismos y su lucha contra el sistema patriarcal. Reunámonos en torno a ese idioma en común, desde las contradicciones y diferencias de opinión, pero marchando juntas frente a esta tormenta que azota a Venezuela.