Los países latinoamericanos fueron transformándose en el momento que se reconoció el aporte de las mujeres en la vida pública. Además, estas luchas permitieron iniciar las transformaciones democráticas y lograr espacios para todas las personas, siempre con la mirada puesta hacia la equidad e igualdad.
Por eso, nos estremece lo que vemos desde el 2022, comenzó una reconquista de los sectores antiderechos en todos los países latinoamericanos, disfrazados de muchas maneras de izquierda o derecha, o simples populistas que se visten de liberales.
Los logros de los movimientos de mujeres en América Latina, unidos a las necesidades de cada uno de sus pueblos, han implementado la combinación de la lucha entre lo privado y lo público y en la organización para la creación de políticas públicas con perspectivas de género, lo que significa en simples palabras, la posibilidad de pensar en hombres y mujeres para poder planificar cambios, para una sociedad con equidad.
Vemos con horror cómo países donde las mujeres y la sociedad civil, han logrado avanzar en las búsquedas de la equidad y de políticas públicas que permitan el desarrollo de todos los sectores, con su particularidades y con su independencia, desde hace unos cuantos años estamos volviendo a la prehistoria en políticas públicas donde los Estados populistas llamados de izquierda o liberales, destruyen un pacto fundamental que ha sido impulsado por los movimientos feministas, quienes han insistido en que la búsqueda de los espacios tienen que transformarse desde lo privado a lo público. Esa política es la que ha ido concretando las luchas, los logros y avances dentro de los países.
Estas políticas sociales con perspectiva de género son las únicas que permitirían lograr un desarrollo armónico, y por eso, la tentativa de gobiernos que quieren destruir los logros de la sociedad civil y de los movimientos feministas, para establecer la nueva contrarreforma o el oscurantismo de la Edad Media con el discurso de la libertad individual, donde las mujeres y las organizaciones de la sociedad civil no tendrían espacios, porque la mirada de estos gobiernos es eliminar el diálogo directo de la sociedad con respecto a su entorno, partiendo de que el Estado es el que manda al ciudadano y no al revés, como es realmente, el ciudadano debe mandar al Estado y crear las políticas sociales para construir desarrollos, donde hombres, mujeres y todas las diversidades tengan espacio.
Por eso, insistimos en que debemos estar atentos a esta vuelta prehistórica de acabar con los principios de la libertad, para introducir el oscurantismo en toda la cultura. Ejemplo de esto, lo constituyen las políticas de un enemigo de los derechos humanos como es Nayib Bukele, presidente del Salvador que quiere desaparecer los acuerdos internacionales donde el análisis es transversalizado con respecto a la visión de género y por otro lado, la barbaridad de gobiernos que se dicen progresistas, quienes por una parte, promueven espacios para la mujer y la sociedad en general y por otro lado, crean fondos especiales para los grupos antiderechos que destruyen la libertad y además, impiden el desarrollo de las personas a través de la democracia desde lo cotidiano.
En Argentina, el presidente Javier Milei quiere desaparecer muchos de los logros de las luchas de las mujeres y de todo el pueblo argentino, en todos los espacios. Quiere acabar con la libertad individual, con los logros alcanzados en cuanto a derechos sexuales y reproductivos. Echa por la borda un logro significativo en el que participaron miles de mujeres argentinas, como fue la despenalización de la interrupción del embarazo. Estas luchas, más que tener un sello como un símbolo político o partidista, han sido las luchas de las mujeres unidas en Argentina por la libertad y el reconocimiento del derecho a sus cuerpos.
Un trabajo para nosotros y nosotras es promover y visibilizar los 17 países donde las mujeres no tienen restricciones legales para el su desarrollo y el desarrollo de la sociedad, bajo una perspectiva de género.
Consideramos que es fundamental que podamos visibilizar este gran peligro en el caso nuestro de Venezuela, donde observamos ese doble discurso de respeto a los derechos de las mujeres en un país donde la violencia es la práctica común del estado y eso, lo podemos ver no solamente en el caso de la defensora de Derechos humanos Rocío San Miguel, sino en la situación en la que viven las mujeres en las cárceles y en el caso de las 20 mujeres presas políticas que no han pasado por los juicios que por derecho les corresponden, y son permanentemente humilladas por un Estado absolutamente enemigo de la mujer y enemigo de la libertad.
Por otro lado, podemos ver que, en nuestro país, la promoción de los países enemigos de los derechos individuales y de las mujeres son 18, que son los aliados del totalitarismo y ejercen un pensamiento basado en la destrucción de la libertad y de los derechos de las mujeres y de las diversidades.
Este dato es muy importante para reconocer que estamos en un momento crítico con respecto a los logros desde hace mucho tiempo, por parte de los trabajadores y de de las mujeres trabajadoras, así como de las organizaciones sociales y de la ciudadanía, como elementos transformadores, dentro de una democracia verdadera y no un disfraz de democracia.
Estos pasos de los dinosaurios, lo podemos ver también en el miedo a que las mujeres puedan tomar el poder y reorganizar la sociedad. Por eso en nuestro caso, en Venezuela el haber hecho las primarias en el cual salió la candidata María Corina Machado, ha sido una bofetada al machismo y al miedo de que una mujer que representa el valor de las mujeres y de la ciudadanía.
Una de nuestras primeras actividades en estos momentos es lograr que cada zona del país tenga un espacio para defender los votos, pero también para defender el sentir de que las transformaciones vendrán de la mano del trabajo de todas y todos por una democracia participativa con equidad y paridad.