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Fernando Aranguren

Fernando Aranguren

Hace muchos años, soy militante feminista y me interesan los derechos de las personas, especialmente el concepto de ciudadanía y equidad

Una mirada inicial sobre la masculinidad

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Por: Fernando Aranguren, ONG Hombres por la Equidad e Igualdad

@el_acrata

Quisiéramos iniciar esta reflexión, comenzando por definir qué es la masculinidad, conocida tradicionalmente e impuesta socioculturalmente. La entendemos como el conjunto de atributos, comportamientos y conductas que han impuesto una mirada de hegemonía a la cultura basada en el patriarcado, donde el poder está dominado por los hombres traspasando todos los factores como la raza, la orientación sexual, la condición social, conjugando factores estos factores de interseccionalidad que afectan a todas las sociedades del mundo, particularmente a América Latina y especialmente, a Venezuela.

Uno de nuestro propósitos es el de desmontar la cultura basada en los estereotipos de género que alimentan la violencia machista. Quisiéramos posibilitar el desarrollo y fortalecimiento de una masculinidad basada en la equidad, donde hombres y mujeres puedan conquistar sus metas, partiendo de la desaparición de los estereotipos de género, para lograr que los hombres puedan asumir una identidad masculina corresponsable y equilibrada, en la que se respeten los derechos humanos de todas las personas. Una masculinidad en la que se valore la sensibilidad, la creatividad, el activismo de los hombres en diferentes causas sociales y en la defensa de los derechos de las mujeres y las niñas y la lucha por la prevención de la violencia de género.

Para reflexionar con la mirada puesta en el futuro

Para reflexionar sobre la construcción de la masculinidad hay que detenerse en un elemento clave como es el ejercicio del poder: histórica y culturalmente, ser hombre representó el ejercicio del poder. Es la exigencia de tener ciertas características, tales como triunfar, no expresar los sentimientos y ser viril. Estas son condiciones que afectan el relacionamiento de los hombres con los demás y consigo mismos.

“Poder” significa controlar las emociones y necesidades afectivas, para evitar la pérdida de dominio y control sobre los otros. El varón llega a temer que si experimenta y demuestra sentimientos de ternura y afecto puede transformarse nuevamente en un niño dependiente. Se siente obligado a creer que la mujer le pertenece y que las relaciones con ella deben ser más de poder que afectivas (Hardy & Jiménez, 2001, p. 80).

Nuestra labor se plantea en la construcción de un modelo social profundamente democrático, plural e igualitario. Por eso, cada vez es más necesario que los hombres estén dispuestos a desmontar el modelo tradicional violento de masculinidad, y también a renunciar a los privilegios del sistema patriarcal.

Es importante que los hombres podamos entender todo esto. Comprometiéndonos de forma activa junto con las mujeres en el ejercicio del poder, de una forma equilibrada y respetando la igualdad de derechos y oportunidades para todas las personas, construiremos una sociedad más democrática, basada en la no hegemonía política.

Nuestros desafíos

  • Construir espacios de encuentro donde mujeres y hombres puedan revisar su cotidianidad y deshacerse de las prácticas patriarcales, fomentando la corresponsabilidad en todos los espacios.
  • Deconstruir formas de organización excluyentes, discriminatorias y de pensamiento único.
  • Comprometernos con luchar por la democracia con equidad, igualdad y paridad en todos los espacios y para todas las personas.