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Thailiana Marcano

Thailiana Marcano

Desde hace mucho tiempo he estado formandome en temas de violencia contra la mujer y recientemente he estado aprendiendo cómo las discriminaciones que sufren las mujeres también pueden deberse a características como la raza, la clase social, las discapacidades y la orientación sexual, entre otras. Sin embargo, aun no había encontrado una forma de hacer activismo en defensa de los DDHH de las mujeres y este es un paso que doy en ese camino

Violencia en el Noviazgo Actualización 2021

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Realizado por: Profa. Ofelia Alvarez Cardier, Mg.Sc. Psicología Social, y Lcda en Psicología. Thailiana Marcano.

Desde el inicio de la pandemia Covid-19 y la cuarentena respectiva, desde marzo de 2020, la Alianza Cepaz, CEM-UCV y Fundamujer para Atención Psicolegal en VCM ha atendido cada vez más casos, variados y diferentes, de Violencia contra las Mujeres por Razón de Género. En ese universo destacan las historias fácilmente reconocibles, desde el exterior familiar o por las víctimas, de mensajes y frases estereotipadas de malos tratos que se reconstruyen como de protección o “normales” en una pareja en construcción, en el Noviazgo.

Las hemos enlistado sin orden específico para, entre otros objetivos, sigamos alimentando la Lista de Cotejo (Alvarez, O. 1987. Lista de Cotejo en Violencia Contra la Mujer por su Pareja), en su aparte Noviazgo, siempre elaborada y actualizada a partir de lo que comparten las jóvenes sobre lo que están viviendo o de las adultas que exploran su etapa de noviazgo. También para uso de mensajes preventivos en las redes sociales.

De la Lista de Cotejo citada, configurada a partir de información proporcionada por mujeres víctimas analizando su etapa de noviazgo, solo cambiamos el verbo inicial en infinitivo por razones metodológicas y va en escalada de peligrosidad:

  1. Hacer chistes descalificantes sobre la pareja, su cuerpo y mujeres en general.
  2. Ausentarse y desaparecer por cortos períodos de tiempo sin avisar y, al regresar, dando
    amplias justificaciones.
  3. Amenazar con terminar la relación, pero no hacerlo.
  4. En las discusiones con la pareja, manipular tratando de demostrar que es muy tolerante
    ante sus demandas.
  5. Voltear a mirar a otras mujeres y aludir a ello abiertamente ante la pareja.
  6. Hacer desplantes (“echársela”) ante otras mujeres en presencia de la pareja.
  7. Reclamarle fuerte y públicamente a su pareja si ésta intenta hacer algo de lo anterior con
    otros hombres.
  8. Negar la relación de pareja o ridiculizarla/burlarse.
  9. Hacer burla del aspecto físico (cuerpo, vestido, arreglo) o logros alcanzados por ella.
  10. Acariciar agresivamente, haciendo daño.
  11. Dar “bofetadas-caricias” o tapar la boca de la pareja de forma sorpresiva.
  12. Sacudir a la pareja por hombros y brazos.
  13. Empujarla.
  14. Pellizcarla.
  15. Halarle el pelo.
  16. Darle una fuerte bofetada.
  17. Acosarla sexualmente.
  18. Prohibirle que continué relaciones de amistad o de roce, por completo o parcialmente, con su familia, compañeras/os de trabajo o de estudio.
  19. Negarle la posibilidad de iniciar o continuar pertenencia a grupos culturales, artísticos o políticos de interés de la pareja.
  20. Obligarla a pintarse, peinarse y vestirse a su gusto.
  21. Hacer que su pareja abandone los estudios.
  22. Impedirle seguir trabajando.

Algunas frases significativas que aparecen en el proceso inicial de violencia de género contra las mujeres, registrada en las entrevistas de atención psicosocial desde la cuarentena, son las siguientes:

– Yo te lo advertí. Te lo dije.
– Es así. Yo soy así.
– No me consultaste eso.
– Debía haberlo sabido.
– ¿Con quién hablas tanto, a ver?
– Creo que ese profesor de teatro está enamorado de ti.
– ¿Vas a ir vestida así?
– ¿Se puede saber a qué vas tanto con ese grupito?
– Cómo te cuesta hacer algo bien, ¿no?
– Te prometo que no volverá a pasar, es que lo que me hiciste me puso mal.
– ¿Si no haces lo que te pido, cómo sabré que me amas?
– ¿Cómo voy a confiar en ti si no me dejas revisar tu teléfono?
– ¿A qué hora regresas?
– Estás llegando tarde, ¿qué hacías?
– ¿Vas a salir otra vez con tu amiga? Hoy era nuestro día de estar juntos.
– No quise golpearte amor, solo exploté.
– No fue así. Fue un cariño. Te caíste sola.

Se puede avizorar en cada una de estas frases tomadas de la realidad de las usuarias víctimas que, dichas cotidianamente y sumadas a los estereotipos adjudicados a las mujeres de sumisión y aceptación incondicional, se van convirtiendo en mandatos que autoculpabilizan, aíslan, habitúan a la amenaza y finalmente “secuestran” a las mujeres en el conocido Ciclo Creciente y en Escalada de la Violencia Contra las Mujeres ( Walker, 1994; Alvarez Cardier, 2007) que entonces tiende a repetirse y agravarse en el tiempo a través de la manipulación reiterada, sigilosa y apelando al amor. No son frases desagradables a primera vista ni dan órdenes explícitas. Eso nos dicen ellas.

Conductas que se amparan bajo el mito del amor románico que muchas mujeres y hombres han naturalizado en su proceso de socialización de corte patriarcal, pues es el ideal de pareja que ven representado en los medios de comunicación masiva y en el entorno psicosocial de su vida cotidiana.

En términos de actualización se mantienen frases que no pueden ser tomadas fuera de contexto porque parecerían inclusive reclamos de amor o protección de pareja pero que contienen cada vez más explícitamente el devenir violento en el seno de la pareja.