Hoy, 8 de marzo de 2018 se conmemora el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y desde las organizaciones que formamos parte de la Red Naranja y el movimiento de mujeres en Venezuela hemos decidido alzar nuestra voz ante la emergencia humanitaria compleja que actualmente vive el país.
Hoy, organizadas y concentradas en la plaza Brión de Chacaíto en esta acción de calle donde todos y todas nos unimos para exigir respeto y protección a los derechos de las mujeres y niñas venezolanas, a través del diseño, implementación y seguimiento de políticas públicas donde se considere la afectación diferenciada entre hombres y mujeres, lo que permitiría visibilizar las desigualdades existentes en la actualidad.
Hoy, las mujeres alzamos la voz por la situación de los derechos humanos de las mujeres en Venezuela de cara a la grave crisis económica, política, social y humanitaria por la que atraviesa el país.
Alzamos la voz por el desempleo y la pobreza que aumentan vertiginosamente entre mujeres, y son ellas quienes mayoritariamente hacen colas por alimentos y recorren farmacias y hospitales en busca de atención y medicinas para ellas mismas y sus familias.
Alzamos la voz por las carencias en el área de salud y alimentación que se ven exacerbadas por el alarmante aumento de la pobreza y la pobreza extrema que impacta en mayor medida a las mujeres.
Alzamos la voz y exigimos que se preste ayuda humanitaria al 60% de los hogares más pobres donde las mujeres jóvenes y las adultas mayores sirven de amortiguador del deterioro alimentario familiar, auto-postergando y/o disminuyendo su alimentación para darle de comer a sus hijos e hijas en detrimento del bienestar nutricional propio.
Alzamos la voz por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres, las niñas y las adolescentes en Venezuela en relación al derecho a la alimentación y el derecho a la salud, lo que ha generado un impacto en su calidad de vida y su integridad física.
Alzamos la voz por el incremento de las tasas de mortalidad materna y embarazo entre adolescentes, sin que esto haya significado la elaboración de planes y programas de atención en el área lo que representa una violación de los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres, adolescentes y niñas.
Alzamos la voz por el 72% de las mujeres en edad reproductiva que no encuentran ningún tipo de anticonceptivos, por ello exigimos acceso sin discriminación a métodos anticonceptivos asequibles y de calidad.
Alzamos la voz para que se brinde atención a la elevada tasa de infecciones por el VIH entre las mujeres jóvenes y tratamiento para prevenir la transmisión de la madre a su hijo o hija.
Alzamos la voz por la falta de acceso a programas de atención integral y de tratamientos para el cáncer de mama, que se ha traducido en un alto nivel de mortalidad (13,7 muertes por 100 mil habitantes).
Alzamos la voz porque el 60% de las muertes maternas en los estados Amazonas y Delta Amacuro son causadas por abortos practicados en condiciones inseguras.
Alzamos la voz por las mujeres indígenas, que son objeto de discriminación y violencia sexual por parte de mineros ilegales, actores armados no estatales y miembros de las fuerzas militares.
Alzamos la voz por la obstrucción en el acceso a la justicia que viven todas las mujeres que buscan interponer denuncias cuando han sido víctimas de violencia, quienes no encuentran apoyo en las instituciones del Estado que deberían garantizar de correcta implementación de la Ley Orgánica por el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia.
Alzamos la voz para que se inicie una revisión de la legislación vigente sobre la interrupción voluntaria del embarazo como lo han recomendado distintos comités de protección de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas, esto con el objetivo de minimizar los índices de mortalidad de mujeres que se encuentran entre los más altos de la región.
Alzamos la voz por el reconocimiento de los derechos de las personas lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, a quienes el Estado venezolano les niega la protección del vínculo de parejas del mismo sexo que recientemente recomendó la Corte Interamericana de Derechos Humanos a los Estados.
Alzamos la voz por el derecho a la igualdad y la no discriminación de las personas LGTBI en el ámbito laboral donde aún persisten estereotipos que son contrarios al principio de dignidad humana.
Alzamos la voz por ser parte en los procesos de decisión política, porque se de una amplia participación de las mujeres en la lucha por la recuperación de la paz y la democracia en Venezuela.
Alzamos la voz por las mujeres y niñas migrantes y refugiadas para que sean protegidas en su vulnerabilidad y los países de la región y países de acogida entiendan la grave crisis que vive Venezuela y puedan generar mecanismos eficaces para evitar la violación de sus derechos y proveer soluciones duraderas.
Alzamos la voz ante el incumplimiento del Estado venezolano con sus obligaciones internacionales, al no tomar medidas eficaces y oportunas para garantizar el derecho a la salud de las mujeres, niñas y adolescentes.
Alzamos la voz por la violación del derecho a la información ante la ausencia de cifras oficiales relacionadas con el aborto, y las muertes maternas asociadas a éste, el acceso a la justicia, el número de feminicidios, los casos de trata y tráfico de mujeres y todas las violencias que nos afectan por razones de género.
Alzamos la voz para exigir políticas públicas con perspectiva de género que aborden los problemas y necesidades actuales de las mujeres a partir de su afectación diferenciada lo que ayudaría a prevenir, sancionar y eliminar las diferentes manifestaciones de violencia contra las mujeres.
Hoy las Mujeres Alzamos la voz para que de forma urgente se realicen las acciones necesarias que permitan abrir un canal humanitario que tenga en consideración las necesidades específicas de las mujeres, adolescentes y niñas de los hogares más pobres del país.
Las Mujeres estamos en emergencia y por eso alzamos la voz, unidas somos más.
Hecho en Caracas al 8vo día del mes de marzo de 2018.