En el marco de la conmemoración del Día Naranja, dedicado a la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, el Centro de Justicia y Paz (Cepaz), el Centro de Estudios de la Mujer de la Universidad Central de Venezuela (CEM-UCV) y Hombres por la equidad e igualdad, organizaciones que conforman la Red Naranja, realizaron el 24 de abril un forochat denominado Lecturas, libros y equidad.
La actividad contó con la participación de Inés Muñoz Aguirre, novelista y promotora cultural; Karla Burbano, escritora y miembra de Hijas de Artemisa, grupo de narradoras orales del CEM-UCV; Alba Carosio, directora de la Revista Venezolana de Estudios de la Mujer de la UCV, y Jany González, integrante del equipo del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y del equipo promotor de la Red Naranja.
Al comenzar, Fernando Aranguren, director de Hombres por la equidad e igualdad expresó que el forochat nace de una iniciativa del equipo promotor de la Red para plantear la reflexión sobre las violencias contra las mujeres en los diferentes espacios, como en el ámbito cultural, educativo, institucional y legal.
El objetivo de la actividad fue resaltar la importancia de la lectura y los libros para las personas, especialmente para las mujeres, quienes llevan el peso de la construcción de los espacios de paz y ciudadanía, indicó Aranguren.
Mujeres lectoras
Inés Muñoz Aguirre, escritora, dramaturga, periodista y editora del portal digital pasionpais.net indicó que la lectura se construye desde la infancia y que suelen ser las mujeres quienes estimulan el hábito.
La mujer tradicionalmente es quien acuesta a los niños cuando finaliza el día y apela a los cuentos para que puedan dormir, aunque cada vez más es una tarea compartida. Leer a los niños y contarles cuentos es el camino inequívoco para conducirlos a amar los libros y contribuir para que se acerquen a la lectura, estimulando la imaginación de las personas.
La ponente señaló que hay mujeres que sueñan con la posibilidad de escribir y piensan que si no lo hicieron a una edad determinada, no pueden hacerlo ya, pero quizás desconocen el camino que realizaron otras mujeres para escribir, contar historias y cumplir sus sueños.
Una de estas escritoras fue Amantine Lucile Dupin de Dudevant, conocida como George Sand, que tuvo que hacer frente a una Francia donde era inconcebible el protagonismo de una mujer en la literatura. A su vez, cuando Joanne Rowling iba a publicar su primera novela en 1997, su editor la convenció para enmascarar su nombre con las iniciales J.K, porque creía que el libro no podría tener éxito con la autoría de un nombre femenino. Rowling es la autora de la saga de Harry Potter.
Aunque la historia de Harry Potter es reciente, la ponente recordó que las cosas cambian, en la medida que se exige respeto por sus creencias. Las mujeres mencionadas nunca se rindieron.
La ponente invitó a las mujeres a las que si les gusta la lectura y la escritura, a que no se rindan antes de comenzar, ya que es una vía para expresarse y a su vez, es una actividad que termina de cambiar la vida.
Las mujeres han avanzado en el campo de la literatura. En el 2020, la poeta Louis Globe ganó el Premio Nobel de Literatura. En 100 años, solo 16 mujeres han ganado este reconocimiento. En el Premio Planeta arrasaron las mujeres, con el primer lugar de Eva García Sáenz de Urturi y el segundo lugar que obtuvo Sandra Barneda.
Además, la poeta venezolana Yolanda Pantin fue reconocida con el Premio Internacional de Poesía Ciudad de Granada Federico García Lorca, el cual premia el valor literario y el aporte al patrimonio cultural de la literatura hispánica.
Los reconocimientos dejan en claro el talento, independientemente de ser hombre o mujer. Aunque Inés celebró los premios de todas las mujeres escritoras, porque hacerlo es reconocer a las que tuvieron que permanecer en anonimato, debido a los prejuicios, limitaciones e imposiciones de la sociedad.
Aguirre señaló que la pandemia trajo consigo el confinamiento y con ello, se vio la necesidad de buscar actividades dentro de la casa como la lectura. Según estudios publicados en España, la lectura alcanzó el 68% de la actividad en la cuarentena, siendo las mujeres, quienes más leen, en todas las edades.
Aprender a escribir en pandemia
La escritora comentó su experiencia cuando comenzó la pandemia. Ella inició un diario en redes sociales, el cual tuvo una gran cantidad de comentarios. Señaló que las personas lo leían porque sentían reflejado sus miedos, dudas y temores y a su vez, se sentían acompañados.
La escritora relató que pensó y quiso abrir un taller para la escritura de un diario sobre la pandemia y 11 mujeres le acompañaron en la experiencia. La mayoría de ellas escribían por primera vez.
Trabajaron en la iniciativa y desde la plataforma de información, se decidió publicar un libro digital denominado “Confinadas”, el cual se ha convertido en referencia y testimonio clave de una época, vivencias, miedos, temores, incertidumbres, y el acompañamiento de parejas e hijos que las veían escribir con entusiasmo.
En el canal de YouTube de Pasión País, se encuentra la presentación del libro, que contó con la participación de sus creadoras: María Gómez, Irmina Ospino, Raquel Hernández, Ileana Hernández, Corina Rivera, Francia Abreu, Jenny Meinhard, Mariam Krasner, Carolina Maya, Gloria Stolk de Egui y María Dolores Ara. También, se puede descargar el libro, de forma gratuita en la página web pasionpais.net.
En la escuela de ideas, se encuentran inscribiendo a las personas para escribir el segundo libro, ya que la literatura es un tesoro que nos cambia la vida, expresó Aguirre.
La lectura enseña a hacer uso de la palabra
Para Karla Burbano, a pesar de tener el hábito de leer gracias a sus padres, la relación con la lectura es difícil para ella porque requiere de disciplina y coraje.
La lectura enseña que hacer el uso de la palabra, alzar la voz, es también un acto político, indicó Burbano. El diplomado del CEM-UCV sobre género y animación sociocultural e Isabel Zerpa, directora de dicho centro, le ayudaron a conocer que le gusta la lectura de cuentos.
Con dicha enseñanza, Burbano nutrió completamente su visión como filósofa y entendió que pensar el mundo en clave feminista es fundamental para derribar los estereotipos, conductas, creencias y dinámicas de violencia que históricamente han buscado deslegitimar y oprimir a las mujeres en los diferentes ámbitos de su vida.
También, la ponente comentó que con la experiencia anteriormente mencionada logró ver que la civilización es profundamente patriarcal, que ha dejado el miedo y la violencia, para aproximarse a las otras personas y la convivencia colectiva.
La violencia se convierte en una especie de herramienta que tienen las personas a la mano para enfrentarse al resto, y en el mundo se tienen que valer de herramientas y capacidades humanas que ayuden a la reflexión de la vida de cada persona, sin juicios.
Burbano expresó que el ciclo de la violencia es difícil de romper, pero que la experiencia con la lectura le ha mostrado otras cosas y le permite cuestionarse constantemente.
La ponente dejó como reflexión final que la creación de espacios educativos permite que los conflictos humanos se trabajen y se sanen en conjunto. A su vez, que con la lectura se puedan tejer relaciones humanas más sororas y amables, que no estén regidas por la violencia y la muerte, sino por el amor y la vida.
La lectura ayuda a vivir mejor
Alba Carosio indicó que la lectura ayuda a vivir mejor. Acompaña en las diferentes épocas y abre otras realidades. “Alicia en el país de las maravillas” y “Alicia a través del espejo”, le permitieron a la ponente despertar su imaginación.
Luego, Carosio comentó que leyó “Mujercitas”, la cual muestra diferentes modos de ser mujer y la capacidad de romper y enfrentarse a las reglas que sujetaban a las mujeres de la época, a fines del siglo XIX.
A través de las novelas, Carosio descubrió Latinoamérica y la vivió desde ese momento a través de la literatura. Esto ocurrió entre 1960 y 1970. Luego llegó a Venezuela y comenzó a conocer sobre la teoría feminista, en 1975-1980, en compañía de libros como “Política Sexual” de Keith Miller, el cual demuestra que el patriarcado es un sistema de poder del hombre sobre la mujer; “El segundo sexo” de Simone de Beauvoir, con diferentes facetas y por último, “La mujer nueva, teoría y práctica de su emancipación” de Isabel Larguia y John Dumoulin.
Las mujeres escritoras han comenzado a desplegarse. Y hoy en día, hay una gran cantidad de literatura escrita por mujeres, donde se reflejan las problemáticas de las mujeres, con buena receptividad de las editoriales y el público.
La obra de Laura Restrepo hace una revisión sobre la situación de Colombia, la guerra, el asunto de las drogas y las clases. El libro “Los divinos” relata la historia de un joven de una familia pudiente que raptó a una niña pobre, la cual fue torturada, violada y asesinada en 2016.
Carosio indicó que todas las historias leídas le han permitido vivir mejor, reflexionar y sentir cosas que no ha podido vivir en su única vida, permitiendo multiplicar así la vida que tiene cada persona.
La lectura en un contexto de crisis humanitaria compleja y pandemia
Por su parte, Jany González dio a conocer la experiencia en la parroquia La Dolorita, donde Cepaz desde hace cuatro años lleva a cabo un proyecto comunitario para el empoderamiento y acompañamiento de las mujeres de base, especialmente en la formación para otorgarles las herramientas necesarias para la defensa de sus derechos.
A través del programa de formación y acompañamiento en el proceso de la construcción de una agenda de paz comunitaria, las mujeres de base presentan una situación de mucha complejidad y necesidad. Algunas mujeres tienen más de tres hijos que deben mantener, la mayoría de ellas están sin trabajo, con problemáticas en los servicios de agua y gas durante más de 20 años. Adicionalmente, se enfrentan a situaciones de abuso de autoridades policiales, violencia en sus hogares y con poco dinero para comprar alimentos.
González relató que la situación se ha agravado con la llegada de la pandemia y la cuarentena. El equipo de Género de Cepaz tuvo el reto de reinventarse. Carolina Godoy tuvo la idea de crear un club de lecturas para seguir en contacto con las mujeres de La Dolorita. A su vez, podrían realizar análisis capítulo a capítulo de un libro que seleccionaran en conjunto.
El equipo de Cepaz tenía expectativas sobre los resultados de la iniciativa porque existen familias que en algunos casos, no contaban ni con una comida diaria, tampoco tenían el hábito de leer, y no se sabía si realmente se interesarían en esta actividad.
La integrante del equipo de Cepaz indicó que al inicio no fue fácil. Pero el equipo fue sorprendido porque la idea tuvo receptividad y se autodenominaron “Las mujeres que leen son peligrosas”. Hasta la fecha, han leído tres libros y actualmente, están en proceso de votación para la lectura del cuarto libro.
Para Cepaz, la lectura es una herramienta muy importante para formar y consolidar a comunidades de mujeres, niñas y adolescentes lectoras, mediante proyectos que promuevan la lectura para su crecimiento, formación y desarrollo.