En conmemoración del Día Naranja, la Red Naranja, Hombres por la Equidad e Igualdad, la Asociación de Trabajadores, Emprendedores y Microempresarios (Atraem) y AuroraMadre organizaron el forochat Parto humanizado: Derecho humano desconocido, el cual se realizó el 25 de mayo.
La moderación estuvo a cargo de Lisbeth Cordero, coordinadora del Programa de Atención Permanente a la Mujer Trabajadora de Atraem. Los ponentes que expresaron su perspectiva sobre la temática fueron Rossie Cedeño, socióloga, facilitadora de nacimiento, doula y promotora de lactancia materna; Isabela Polito, fundadora de AuroraMadre, de la Red venezolana por la humanización del nacimiento y doula; y, Blanca Martorell, psicóloga, feminista y activista por los derechos sexuales y reproductivos.
Violencia durante el parto
Rossie Cedeño expresó que cuando se habla de parto humanizado como derecho humano, se involucran otros derechos como la salud, la vida, la atención de calidad y a vivir una vida libre de violencia. Durante su intervención, la ponente señaló el informe realizado por la relatora especial del Consejo de Derechos Humanos sobre la violencia contra la mujer en el 2019, que analizó la violencia contra las mujeres en los servicios de salud reproductiva.
El informe tiene datos muy importantes registrados por organizaciones de la sociedad civil y testimonios de mujeres que narran sus experiencias. En las mismas se evidencia la violencia y el maltrato en la atención del parto. Dicha documentación permitió observar la violencia generalizada y sistemática que viven las mujeres y la necesidad que sea abordada, desde una perspectiva de derechos humanos.
Cedeño señaló los aspectos del informe que forman parte de la realidad de las mujeres en los centros de salud. Como los estereotipos de género, la falta de consentimiento informado, el uso excesivo y rutinario de procedimientos médicos y la dinámica de poder en la relación del centro de salud y las mujeres.
Igualmente, muchos centros de salud niegan el derecho de las mujeres a tomar decisiones informadas sobre la atención que reciben durante el proceso de parto y en otros servicios de salud reproductiva. La ponente destacó que las mujeres tienen derecho a recibir información sobre el procedimiento y tratamiento que le sean aplicados para pensar y adoptar decisiones informadas.
Indicó Cedeño que existe una tendencia creciente al uso excesivo de la cesárea en todo el mundo, siendo seleccionada como una forma de alumbramiento en sustitución del parto vaginal. Cuando se tienen las condiciones para un parto natural y se aplica la cesárea sin conocimiento de la mujer, el acto constituye violencia obstétrica.
En Venezuela, existen muchas mujeres que no tienen acceso a las consultas prenatales por diversos motivos y la mayoría de ellas llegan sin exámenes médicos mínimos a los centros de salud para la atención del parto, los cuales son los que permiten el conocimiento de la condición de salud.
Parto humanizado con presencia de doulas
Isabela Polito expresó que desde el modelo humanizado, se tiene la medicina holística, que incluye tanto el cuerpo y la salud como la mente, las emociones y el espíritu. Igualmente, la mujer puede tomar conciencia de su capacidad y se incluyen formas de nacer como el parto en agua, para vivir una de las experiencias más importantes de su vida.
El parto humanizado es acompañado por sus familiares y los profesionales de la salud: una partera, un médico y las doulas. El modelo de la partería incluye y retoma el acompañamiento de la partera y la comadrona como una colaboración en la mejoría de la salud maternoinfantil.
La iniciativa de casas de parto, junto al equipo de salud, en otros países ha contribuido a la disminución de la tasa de mortalidad materna e infantil. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha sugerido que se invierta en la formación y la inclusión de los estudios de partería como una posibilidad de disminuir la cantidad de trabajo en el hospital, y así se pueda dedicar a los casos que necesitan de la atención de un sistema hospitalario.
El apoyo continuo de una doula aporta significativamente en el proceso de parto, alumbramiento y lactancia materna con la mujer, ayudando a disminuir en 50% la aplicación de cesáreas, en 25% la duración del trabajo de parto, en 40% la intervención con el uso de oxitocina, en 40% la aplicación de forceps y la reducción de solicitud de anestesia peridural.
Con la presencia de una doula, la referencia de las mujeres es una experiencia satisfactoria en el momento del parto y aporta en la disminución de costos para la familia y el Estado. En Venezuela se han realizado partos humanizados con una experiencia de acompañamiento en algunas maternidades como la Concepción Palacios en Caracas.
El parto humanizado es un derecho y debe ser una opción para cualquier mujer. Actualmente, la situación del parto humanizado es lamentable, porque las mujeres tienen que recurrir a instituciones privadas, con costos elevados y no está al alcance de todas las mujeres.
Además debe trabajarse para disponer de instituciones públicas con esta práctica, ya que contribuye en la presencia de las familias y el compromiso de los hombres en el proceso, concluyó la ponente.
Interrupción voluntaria del embarazo
Blanca Martorell comentó sobre el derecho a la interrupción voluntaria del embarazo en las mujeres venezolanas. Recalcó que así como es necesario humanizar el parto y brindar una adecuada atención en el proceso, también es importante dar atención a las mujeres que pasan por procesos de aborto, ya sea espontáneos o inducidos.
La ponente hizo una pregunta sobre qué pasa con las mujeres venezolanas que quedaron embarazadas que no pueden continuar un embarazo, que fue producto de una violación, entre otras condiciones que poseen las mujeres en la actualidad del país.
Hablar de la interrupción voluntaria del embarazo no es fácil, ya que la sociedad juzga cuando se adopta la posición y se penaliza a las mujeres que lo protagonizan, aunque sigue siendo una realidad y la mayoría lo hace de forma insegura, poniendo su vida en riesgo.
Los riesgos de embarazo son ocasionados por falla o el uso incorrecto del método anticonceptivo, la escasez de recursos económicos que impiden el acceso a los métodos anticonceptivos, poca o nula educación sexual actualizada y por ser víctima de una violación.
El Grupo de Información en Reproducción Elegida (GIRE) plantea las siguientes razones más comunes de aborto: porque no quieren ser madres, no desean tener hijos/as, tienen otros planes de vida, razones socioeconómicas, no quieren ser madres solas, problemas con la pareja, la edad, motivos de salud, son obligadas por la pareja y/o los padres y por ser víctima de violación sexual.
Martorell expresó que nadie esta a favor del aborto, ya que todas las personas coinciden en que ninguna mujer debe verse en la obligación de recurrir al aborto, debido a que no es una práctica deseable para nadie. La mujer vive la experiencia de abortar con angustia, contradicción y es un decisión difícil que se enfrenta a un dilema.
Estar a favor de la interrupción voluntaria del embarazo, es estar de acuerdo con la regularización de una práctica que ya existe y que si es legal, se dejaría de ver como delito, debiendo garantizar el Estado las condiciones para que sea una práctica segura y acompañada.
La penalización del aborto no impide su práctica, al contrario, incrementa el número de abortos clandestinos y peligrosos, promueve mafias, especulación en precios para la interrupción y genera una red de tráfico de las pastillas, poniendo en peligro la vida de las mujeres, especialmente las más pobres.
El aborto inseguro trae como consecuencias: infecciones, hemorragias por la introducción de objetos punzo penetrantes que causan perforaciones en el útero y cérvix, necrosis, infertilidad y la muerte.
En Venezuela, según el informe Mujeres al Límite (2019) se realizó un seguimiento a 4 instituciones hospitalarias durante el periodo comprendido entre agosto y diciembre de 2019 y se registraron 2.246 abortos, es decir, 15 abortos por día aproximadamente.
A su vez, por cada 4 partos, se registró un aborto, 69% de los pacientes para la práctica correspondían a personas mayores de 18 años, el 31% se relacionó con personas menores a 18 años y se registraron muertes maternas de mujeres jóvenes por aborto inducido, ya sea por necrosis, perforaciones en útero y colon.
El aborto inseguro es peligroso, incrementa las muertes maternas y por ello, es un problema de salud pública que afecta la salud mental de las mujeres. Los derechos sexuales y reproductivos contemplan el derecho a la maternidad decidida y planificada, a decidir el número de hijos e hijas y el intervalo entre ellos, al acceso de métodos anticonceptivos, a la información certera y oportuna y el derecho a la educación sexual actualizada.
La ponente concluyó que abortar no es una decisión fácil, sino dolorosa y en el contexto venezolano, genera mucha angustia y ansiedad para las mujeres, porque no es un camino fácil de transitar.