Por: Dalia Márquez
La Red Naranja, Hombres por la equidad e igualdad, Feminismo Inc, Juventud Unida en Acción (Juena) y Fuerza liberal realizaron el pasado 26 de julio el Forochat: Mujer, trabajo y derechos humanos, moderado por Dalia Márquez, integrante de Juena.
El forochat contó con ponencias de Haydee Deutsch, abogada laboralista, profesora de Organización Obrera, Negociación Colectiva en la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB) y presidenta del Partido Fuerza Liberal, y Susana Reina, feminista, psicóloga, máster en gerencia de empresas y directora de Feminismo INC.
En el inicio del forochat, Fernando Aranguren dijo unas palabras de bienvenida y destacó su agradecimiento al Centro de Justicia y Paz (Cepaz) y a la Red Naranja por la oportunidad de continuar con el quinto forochat, para reflexionar sobre mujeres, trabajo y derechos humanos.
Aranguren comentó que las mujeres comenzaron a ser incorporadas en las fábricas, debido a la necesidad de la mano de obra y se usó el eslogan “Nosotras podemos”. Sin embargo, la mujer se incorporó en el mundo laboral sin derechos sindicales y de allí radica la importancia de las sindicalistas.
Violencia contra las mujeres en el ámbito laboral
Susana Reina señaló que el estudio de la violencia contra las mujeres en el trabajo es fundamental para evaluar y explorar cómo este fenómeno tiene muchas caras y es frecuente. En el espacio laboral la violencia contra las mujeres está muy presente, ya que representa un problema histórico, estructural, sistémico y cultural.
Una de las bases de la violencia contra las mujeres en el trabajo es el androcentrismo empresarial, el cual es la idea de que el poder es masculino y que todo ejercicio de toma de decisiones o participación plena en la dirección, reside en una forma masculina para ejercer el poder.
El androcentrismo genera reacciones como:
- Los contrapoderes de las mujeres para poder acceder a esas posiciones.
- La masculinización para llegar a posiciones de poder.
- El silencio como mecanismo de sobrevivencia para poder ser aceptada por el club de los varones.
- Fenómenos como el síndrome de la abeja reina, que son mujeres bien patriarcales que rechazan a otras compañeras porque se convierten en su competencia.
A su vez, ese tipo de configuración genera diversos tipos de violencia: psicológica, acoso u hostigamiento, amenazas, violencia física, acoso sexual, violencia laboral, violencia patrimonial y económica, donde se resalta la brecha salarial. Todo ello, trae como consecuencia que muchas mujeres decidan abandonar el campo laboral y dejar el espacio.
Para evitar esas situaciones, las empresas deben tener un protocolo de detección, prevención y atención a víctimas de violencia de género en el ambiente laboral, para promover espacios igualitarios y libres de violencia.
Muchas veces en el proceso de denuncia, la mujer debe hacer frente a diversas situaciones como la persuasión de los gerentes para “mantener la paz del ambiente laboral”, y enfrentarse a personas con mucho poder dentro de la institución, lo que dificulta la labor de denuncia.
¿Quienes pueden atender la situación de violencia contra las mujeres en el ambiente laboral?
- Los equipos de recursos humanos de mercadeo de responsabilidad social empresarial.
- La gerencia general.
Se deben evitar los micromachismos
Los micromachismos son aquellos que tienen que ver con la humillación, el desprecio, la desvalorización del trabajo de una mujer, el humor sexista, los chistes, los memes, el lenguaje no inclusivo, la publicidad sexista, la invisibilización de los aportes de la mujer y los chantajes emocionales.
El peligro del micromachismo es que va en crecida hasta llegar a gritos, violencia física y/o violencia sexual.
Usualmente los micromachismos son imperceptibles, se manifiestan en la expresión de poder o dominio masculino en lo cotidiano y descansa en los estereotipos y creencias erróneas de lo que debe ser o no una mujer, y relega los espacios de poder haciendo el acceso cada vez más difícil.
Una buena política empresarial debe partir por identificar y reconocer las situaciones que permiten que los micromachismos ocurran. Las empresas deben partir de un proceso formativo y educativo de toda la población laboral y el llamado a tener cero tolerancia con cualquier tipo de violencia, crear espacios para hablar estos temas en la vida empresarial, educar y destacar por qué estás conductas atentan contra el avance de la vida profesional de las mujeres.
Las mujeres deben formarse y prepararse
Haydee Deutsch comentó que para reclamar respeto, las mujeres deben respetar su propio entorno. De igual forma, la ponente señaló que para ejercer acciones que pongan fin a la violencia y a la vulneración de los derechos humanos, todas las mujeres deben formarse y prepararse.
Deutsch destacó que no toda manifestación de violencia es una vulneración a los derechos humanos. Se debe tener muy clara esa distinción. También indicó que se debe identificar quienes son los sujetos que realizan la acción e irrumpen en los derechos de los seres humanos. La vulneración de derechos humanos es ejercida por un ente del Estado que irrumpe contra la persona o un colectivo.
Criterios para no convertirnos en débiles
El papel de la mujer es tan importante que deben desarrollar internamente sus propias defensas de crecimiento, es decir, establecer un mecanismo para poder crecer, defenderse y proteger su entorno. Lo antes mencionado se traduce en una necesidad y relevancia de la educación, capacitación y preparación.
En cuanto a la mujer trabajadora, las mujeres deben capacitarse y prepararse para romper los techos de cristal y crecer cada día más, para que ningún obstáculo haga sombra en sus metas laborales.
Un ejemplo actual es Ángela Merkel, la canciller de un país europeo, Alemania, pero ahora además es una líder mundial. Merkel es una mujer sencilla pero preparada y descubrió que la vía para llegar al poder es que ella se convierta en el propio poder, y la única manera de ejercer el poder es sentirse fuerte y prepararse.
El detalle radica es que a veces las mujeres ceden los espacios, eso es incorrecto. Se deben asumir los roles de liderazgo que les pertenecen y desarrollarlos como mujeres, que nazca propiamente de la persona y se manifieste a lo interno.
El liderazgo debe evitar imitar el liderazgo masculino. Se debe cultivar un liderazgo de la mujer para la mujer y la sociedad, y sin formación no hay liderazgo, concluyó Deutsch.