La campaña “Identifica las violencias” es una iniciativa que surge por la necesidad de informar a la ciudadanía sobre los distintos tipos de violencia contra las mujeres por razones de género tipificadas en la Ley Orgánica sobre el Derecho de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia. Ante ello, más de 36 organizaciones, redes y colectivas se han unido para articular, visibilizar y difundir los diferentes tipos de violencia a través de las redes sociales y conversaciones con expertos/as.
De acuerdo con las cifras registradas por Cepaz, desde enero de 2021 hasta mayo de 2022 han ocurrido al menos 367 femicidios en Venezuela, a pesar de existir en el país un marco normativo enfocado en los derechos de mujeres, niñas y adolescentes a una vida libre de violencia. Los diversos tipos de violencias hacia las mujeres en razón de su género son difíciles de identificar por la normalización de la misma en la sociedad, por lo que el trabajo educativo y de sensibilización ciudadana es un aspecto central para su prevención.
De igual forma, la violencia contra las mujeres no solo se da en un contexto de violencia física, sino también de forma psicológica, a través de humillaciones, acciones u omisiones que vulneren su autoestima o la hagan sentir inferior.
Las mujeres constantemente viven experiencias de acoso, mientras se movilizan en las ciudades y comunidades a realizar sus actividades. Todas las personas merecen espacios seguros en los distintos aspectos, como en el ámbito laboral, las universidades, escuelas y cualquier otro lugar público o privado.
Por ello, el Estado tiene un rol fundamental para prevenir todo tipo de violencia, en especial el acoso que ha venido en aumento en distintas ciudades y es necesario la creación de políticas públicas con perspectiva de género, así como de acciones concretas para la seguridad y garantía del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Es importante destacar que la violencia contra las mujeres no solo se da en un contexto de violencia física, sino también de forma psicológica, a través de humillaciones, acciones u omisiones que vulneren su autoestima o la hagan sentir inferior.
Las mujeres constantemente viven experiencias de acoso, mientras se movilizan en las ciudades y comunidades a realizar sus actividades. Todas las personas merecen espacios seguros en las distintas áreas donde se desenvuelven, como en el ámbito laboral, las universidades, escuelas y cualquier otro lugar público o privado.
En diversos casos, los agresores han realizado amenazas de muerte que culminan en femicidios y por ello, es importante identificar qué puede hacer la víctima o cómo apoyar si se conoce a alguna persona que se encuentre en esa situación.
Otro tipo de violencia, la patrimonial, ocurre cuando a la víctima le amenazan con dejar de dar la manutención para los hijos. Le restringen el acceso al dinero conjunto o propio. O le esconden el pasaporte o le niegan el acceso a bienes compartidos, como un apartamento. Así como, cualquier otra acción u omisión que promueva un daño a los bienes muebles o inmuebles, relacionado al patrimonio de las mujeres víctimas de violencia.
Por todo ello, el Estado tiene un rol fundamental en la prevención de todo tipo de violencia, en especial el acoso, que ha venido en aumento en todo el país. Es urgente que el Estado asuma su rol en la creación de políticas públicas con perspectiva de género, así como de acciones concretas para la seguridad y garantía del derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Para finalizar, las organizaciones, redes y colectivas recordamos que los funcionarios y funcionarias promueven prácticas de revictimización a través de distintas acciones, como pedir pruebas de heridas físicas para recibir la denuncia, lo cual se identifica como violencia institucional.