Por: Infomujer Venezuela
Según reporte de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) de enero a marzo de 2023, la ayuda humanitaria recibida en Venezuela por connacionales subió de 193 mil personas a 892 mil. 51% de quienes se beneficiaron son de sexo femenino, con mayor concentración en el grupo de edades comprendidas entre 0 y 17 años.
Estas cifras permiten ver como se está profundizando la emergencia humanitaria compleja en el país. Afortunadamente las organizaciones no gubernamentales están trabajando, activamente, para ayudar a la población más allá de evidenciar las negligencias gubernamentales. En ese contexto, el Observatorio Venezolano de Conflictos Sociales registró la participación activa de mujeres en al menos 2.473 protestas en el primer trimestre del año, es decir, en 88% de todas las acciones documentadas.
En ese sentido, tan sólo en el mes de marzo y con motivo de conmemorar el Día de la Mujer, se realizaron más de 60 grandes movilizaciones a nivel nacional exigiendo la erradicación de todo tipo de violencia y el derecho a la vida, según Monitor Descave.
Esto, porque en medio de la crisis nacional la violencia de género sigue cobrando víctimas y las actuaciones del Ministerio Público reflejan sólo una porción de ella. En abril, hubo privativas de libertad en 10 casos por abuso sexual, 5 cometidos contra 9 menores de edad, 5 femicidios, 2 en grado de frustración. Una condena por trata de adolescentes, 5 condenas por abuso sexual, una, 6 años después de haber ocurrido la denuncia.
Son necesarias políticas y actuaciones más efectivas para proteger la vida de niñas, adolescentes y mujeres, además, hay recursos para ello. Tras el anuncio hecho por el gobierno sobre los 1007 bienes incautados en el operativo contra la corrupción sólo en ese mes, en el que se mencionan entre otros: 6 edificios, 39 apartamentos y 28 mansiones.
Entonces, tienen que destinarse algunos de éstos para el programa de casas de abrigo que contempla la Ley Orgánica del Derecho de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia. Para que sirvan de refugio temporal a mujeres, niñas y niños que están en peligro inminente y deben abandonar sus hogares. Pero dada la ruina de las antiguas casas de refugio, gestionadas por el Ministerio de la Mujer e Igualdad de Género, hoy es necesaria la triangulación con los órganos de ayuda humanitaria internacional, ONU mujeres y organizaciones nacionales especializadas en apoyo a las víctimas de violencia para garantizar, verdaderamente, este derecho a las venezolanas.
¿Y en los cuidados?
Según la Encuesta nacional sobre uso del tiempo ENUT 2019 y la cuenta satélite INEGI de México, en promedio, las mujeres trabajan 6.2 horas más que los hombres. Ellas dedican 31% de su tiempo para el trabajo remunerado y el resto para trabajos en el hogar y producción de bienes para la vivienda.
Mientras que ellos 69% al trabajo remunerado y el restante para el hogar. Estos datos incluyen niñas y niños de 12 años en adelante. Por su parte, la población indígena trabaja 3.1 horas más que la no indígena. Destaca que cuando una mujer se casa, pierde 7,3 horas de tiempo libre cada día, mientras que cuando el hombre se casa, gana 2,9 horas.
Más allá de las brechas de género que quedan bien dibujadas en esta radiografía de México, pero que pudiera ser similar a la venezolana, estamos mirando evidencia científica de una forma de esclavitud o servidumbre de la mujer sometida a la explotación colectiva de la familia/sociedad como instituciones.
Tal como ha sido históricamente, la esclavitud impacta a la población más vulnerable. De allí que superar las desigualdades causantes de la deshumanización actual requiere, por una parte, dejar atrás, verdaderamente, el trabajo esclavo, no remunerado, ni reconocido y además, que las mujeres y poblaciones vulnerables disfruten de todos sus derechos sin los estigmas que suponen los roles de género tradicionales o modernos.
Mientras la corrupción también profundiza la destrucción ambiental del país con la mirada complaciente de las autoridades, el pueblo kariña asume las acciones climáticas necesarias para evitar la destrucción de los recursos naturales venezolanos con la empresa forestal indígena Tukupú en la selva Imataca.